Devenir, 1999

12 Grabados impresos sobre BFK Rives
74.5 x 50.5 cm
IV Salón Pirelli del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas

DEVENIR 1999

«Mas aquel a quien su contemplación le traiga al recuerdo el ideal reformador actual del arte, tendrá  que decirse simultáneamente que aquella obra de arte del futuro no es por acaso un espejismo brillante, pero engañoso: lo que nosotros esperamos del futuro, eso ha sido ya una vez realidad—en un pasado de hace más de dos mil años.»

 

                                                                                                          Friedrich Nietzsche

«Quisiera protestar contra el punto de vista histórico; en tanto que seres vivos creadores, debemos contribuir a la historia de alguna manera. Pero no tenemos ninguna obligación particular de cumplir la lógica de la historia para probarla simplemente. Debemos seguir la lógica del arte; y si la historia no la anticipa, es la historia que debe cambiar.»

                                                                                                                                                                                                                                                                                             Mark Rothko

Este proyecto propone presentar el contínuo de una línea de existencia humana como la manifestación de la inagotable fuerza vital: el movimiento constante del devenir….

La propuesta combina la presentación bi-dimensional de una línea en movimiento como la fuerza-hilo subyacente de vida, junto a, una retícula uniforme que alude a mesura, a parámetros, límites de realidad percibidos por el hombre.

«Las apariencias apolíneas, en las cuales Dionisio se objetiva, no son ya «un mar eterno, un cambiante mecerse, un ardiente vivir».

El espectador entra en un espacio cúbico que simboliza la tierra, al tiempo, a lo creado. Dentro de él encuentra dos elementos: la línea y la retícula, ambos iluminados desde el interior.

El trazo alude al fluir de las emociones, de las pasiones, de la música, y la danza, de la libertad, de la exuberancia. Fluir inconsciente de hilos que se entretejen, del agua, del movimiento.

La retícula alude a la apariencia, al velo de realidad, la uniformidad, la mesura, la codificación, al ordenamiento socio-cultural, al contenedor, a la idea de tiempo y espacio, a las restricciones, al orden lógico, a la reja de percepciones…

La luz anima el trazo colándose por entre la retícula de las percepciones.

No hay figura, ni representación. La forma se presenta a través del ritmo de la línea. La expresión y experiencia del devenir de la línea existe en tensión y yuxtaposición al  marco de realidad ordenada de la retícula. A través del velo de la apariencia de realidad emerge la esencia vital en un trazo libre, inagotable, que se abre y se cierra, inspira y expira la fuerza de la existencia.

De alguna manera esta propuesta intenta recrear a través de un «efecto artístico apolíneo», en apariencia, las palabras de Nietzsche en el Nacimiento de la Tragedia cuando se refiere a la difícil relación, entre el drama y la música, entre lo apolíneo y lo dionisíaco, que se da en la tragedia; y la alianza fraternal necesaria entre las divinidades de Apolo y Dionisio como meta suprema de la tragedia y del arte en general.

«De igual modo que todas las figuras vivientes de la escena se simplifican ante nosotros en las líneas melódicas que se mueven independientemente, hasta alcanzar la claridad de la línea ondulada, así la combinación de esas líneas resuena para nosotros en el cambio armónico, que simpatiza de la manera más delicada con el suceso que se mueve: gracias a ese cambio las relaciones de las cosas se nos vuelven inmediatamente perceptibles, perceptibles de una manera sensible, no abstracta en absoluto, de igual forma que también gracias a ese cambio nos damos cuenta de que sólo en esas relaciones se revela con pureza la esencia de un carácter y de una línea melódica. Y mientras la música nos constriñe de ese modo a ver más, y de un modo más íntimo que de ordinario, y a desplegar ante nosotros como una delicada tela de araña el suceso de la escena, para nuestro ojo espiritualizado, que penetra con su mirada en lo íntimo, el mundo de la escena se ha ampliado de un modo infinito y asimismo se encuentra iluminado desde dentro.»

Mi propuesta es producto de la reflexión de lo a-temporal, a-espacial, a-circunstancial del existir del “ser- humano”. Alude a lo humano mientras el hombre viva en un contexto espacio-temporal de realidad percibida como ordenadora, limitante, mesurada.  Alude al ser cuando este participa en la manifestación del devenir constante de la fuerza primordial que le pre-cede y le post-cede en su experiencia de existir…..

Helena Arellano Mayz

Caracas, IV 1999